Sentada bajo la luna me atreví a mirarla y preguntarle el porqué;
le pregunte si alguien como yo merecía aquellas noches en donde la cama se hacia pequeña frente a tantas vueltas que daba intentando justificar tanto sinsabor...
le pregunte si habría alguna manera de saber si esto es lo que merece mi mal trecho corazón (y solo suspiro)
le pregunte que debería hacer para secar las lagrimas del corazón, le dije que su acumulo ocasiona inundaciones de sentimientos que imposibilitan su supervivencia haciéndome desfallecer...
le conté las incontables ocasiones donde me sentía mas pekeñita que la estrella que suele acompañarla, y respondió que aun pekeña brilla...
le pedí que me mienta y me diga que tal como en su vida, el sol llegaría (eventualmente) y aseveró, como si adivinara que le creería todas y cada una de sus mentiras...
Dime que todo estará bien y que mis incongruencias entre sentimientos y pensamientos dejaran de atormentarme cada minuto de mi vida y todo sera tal y como antes, como cuando la amistad enmascaraba los sentimientos.
"Amigo", regresa a aquel basal donde me hacías sentir importante (si?)
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